Para nadie es un secreto que la inflación obtenida para Latinoamérica atormentará su crecimiento para el 2022. Algunos países latinoamericanos con tasas de inflación entre el 5.6% (Col) y el 7.4% (Mex), pasando por 7.2% (Chile) y 6.4% (Perú), deberán enfrentarse a nuevos retos en el incremento de precios para atender su cadena de suministro.
La principal herramienta que tendrán los gobiernos de estos países de política monetaria para controlar una mayor inflación será la del incremento de tasas de interés, lo cual tendrá un efecto en la liquidez y el encarecimiento del crédito. La situación se agudiza cuando el margen de endeudamiento adicional de estos países ya está en niveles de sobreendeudamiento. Con este contexto, es importante entender qué implicaciones tiene esto para las empresas.
La ruptura de “justo a tiempo”
En el 2019 la economía funcionaba como una máquina afinada. Manufactureros, agricultores, restaurantes y comerciantes confiaban en que su suministro llegaría “justo a tiempo”. Ellos obtenían lo que necesitaban, cuando lo necesitaban; lo que mantenía el costo de los inventarios bajos y hacía la mover las dinámicas económicas lo más eficiente posible.
Durante el 2020, se generaron cambios en la demanda generando desequilibrios en la economía. Todos recordamos la excesiva compra de papel higiénico y leche. Esto provocó que las empresas tuvieran dentro de su inventario un portafolio de productos equivocados para atender una nueva demanda. Se desajustó la máquina afinada.
Los mismos expertos logísticos que promulgaron durante muchas décadas el “justo a tiempo” ahora sin titubeo promulgan que la producción debería considerar una sobreproducción “por si acaso”. La demanda de algunos bienes también ha roto su equilibrio natural, haciendo que las personas compren bienes anticipándose a su necesidad, lo que ha generado incremento en precios y en bastantes renglones escasez.
Por otro lado, no existe premura de muchas empresas en hacer inversiones importantes para aumentar la capacidad instalada, porque la incertidumbre del comportamiento de la demanda en el mediano y largo plazo sigue estando elevada. Muchos productores no tienen prisa de construir mayor capacidad instalada porque ven este fenómeno como temporal.
Esta nueva incertidumbre en la cadena de suministro ha reiniciado el ciclo de inventario de todas las industrias al mismo tiempo, con implicaciones en toda la economía.
¿Qué esperar en el 2022?
Es importante aclarar que la inflación por Pandemia no fue solamente un exceso de liquidez buscando capturar los mismos bienes y servicios. Se trata de una reconfiguración de los detalles de oferta y demanda. La escasez generada de algunos bienes proviene de esos cambios y esa escasez tiene impactos en cascada en muchas cadenas de suministro que hace nuestra economía productiva.
La pandemia nos ha traído incremento en los precios, que viene desde una máquina afinada desde el 2019, aislamiento en el 2020 y la recuperación caótica del 2021. Tomará tiempo e inversión para construir las capacidades necesarias para volver a tener una máquina que genere de nuevo cadenas de suministro afinadas. En el 2022 no se espera que se hagan las inversiones necesarias para volver afinar la máquina.
Mientras que esto ocurre debemos esperar más tiempo por nuestros bienes y una vez lleguen pagar más de lo que pagábamos el año pasado.
Ideas tomadas de:
Fb.org “Inflation and the Supply Chain”
Labsnews.com “Inflation haunts Latin America´s growth 2022”.