En nuestra vida personal y a nivel profesional, como áreas de servicio, desde Abastecimiento y Finanzas vivimos en constantes relaciones de tensión que suelen ser distorsionadas al punto de decantar en peleas o “guerras”, donde se cae en el error de buscar ser el ganador de estas. Interactuar con múltiples actores como equipos directivos, clientes internos, áreas aliadas, comunidades y proveedores plantea un reto enorme en el cual estas situaciones de disenso y conflicto deben llevarse de una manera estratégica para sacarles el mejor provecho y convertirlas en resultados positivos. 

¿Cómo abordar los conflictos de forma productiva? 

Para abordar desacuerdos o conflictos de forma productiva es clave: 

Tener presente que estamos en el mismo equipo 

Caer en querer ganar un argumento es un error muy tentador. No se debe perder la perspectiva general por las particularidades. La meta debe enfocarse en solucionar un problema y entender que todos debemos ganar al estar del mismo lado. Esto incluyendo a proveedores y terceros, bajo la premisa esencial que son una extensión de nuestro equipo. 

Hechos y datos 

No caer en retórica basada en argumentos subjetivos y, mucho menos, entrar en hablar fuerte para imponer ideas. La objetividad es la mejor legitimidad de una conversación. 

No tomarse nada personal 

Los ataques personales o asumir que los demás están en nuestra contra son el escenario ideal para entrar en peleas improductivas. Debemos tener buenas intenciones y, bajo una premisa de buena fe, asumir que las intenciones de los demás también lo son. 

Humildad 

Respetar y escuchar todos los puntos de vista es clave, aceptar errores y estar dispuestos a cambiar nuestro punto de vista es la actitud idónea. No podemos suponer que los demás no tienen ideas o posiciones válidas que pueden ser mejores que las nuestras. 

No debemos huirle a las confrontaciones y conversaciones difíciles, en nuestra vida personal y nuestros roles de áreas estratégicas que conectan distintos actores de la cadena de suministro, tenemos el reto y la necesidad de con la actitud y habilidades blandas idóneas, convertir discusiones nocivas en conversaciones directas que desemboquen en productividad. Y si la situación es compleja, el reto de grandeza personal y profesionalismo recae en que seamos nosotros quienes demos el primer paso.