Como sabemos el flujo de caja es el dinero que entra y sale de la empresa por un periodo determinado. Si no se realiza un adecuado manejo, la liquidez se verá afectada y se presentaran incumplimientos con los pagos generando, así una pérdida de confianza con los proveedores.

Es indispensable mantener un buen Flujo de Caja, por esta razón, te compartimos algunas ideas las cuales te ayudarán a optimizarlo:

1. Perfeccionar el sistema de cobro
Buscar maneras de gestionar de manera distinta la forma en que realizamos la cobranza puede ser positivo, pero también puede ocasionar problemas con nuestros clientes si la solución es demasiado agresiva.

2. Contar con Estados Financieros actualizados y confiables
La base del flujo de caja son los Estados Financieros de la empresa, por lo tanto, es esencial que se lleven de una manera correcta y estén al día, de lo contrario no servirán de mucho para la construcción del flujo. Es común en las PYMES revisar los informes financieros con dos o tres meses de rezago, pero esta práctica es inadecuada porque no permite prever las necesidades de caja en el corto y mediano plazo.

3. Administrar adecuadamente el inventario
Este aspecto es relevante a la hora de manejar el flujo de caja, sobre todo en empresas que venden productos, por eso es necesario controlar el inventario, conocer cuáles son aquellos productos de alta rotación, cuáles se venden más rápido y de esta manera tener mayor movimiento de caja. Del mismo modo, aquellos productos que cueste más tiempo vender.

4. Diversificar proveedores y clientes
Concentrarse en pocos clientes es un riesgo para la operación de una empresa, sobre todo en términos de su sostenibilidad, en la medida en que los ingresos estarán muy concentrados y si algún cliente decide terminar el contrato o se atrasa en los pagos afectará todo el flujo de recursos de la organización.

También es conveniente evaluar constantemente a los proveedores, no solamente en términos de costos sino de calidad y cumplimiento. Buscar nuevas alternativas de proveeduría podría generar beneficios a la hora de negociar los costos de los bienes o los servicios requeridos, así como los plazos de pago.

5. Controlar los gastos
Cuando eres una pequeña empresa, es importante controlar bien en qué se gastan los recursos que uno dispone. Invierte únicamente en aquello que sea prioritario y necesario para la subsistencia de tu negocio.