Cuando se habla de optimización, las empresas suelen pensar en rentabilidad, ahorro de costos y eficiencia. Sin embargo, llega un punto donde continuar ajustando procesos genera más costos que beneficios.
Los desafíos del mercado actual, la presión para las organizaciones y muchas veces el querer ser más eficientes o rentables evita evaluar si realmente este esfuerzo genera valor.
La desviación de la eficiencia
La eficiencia en compras también tiene un límite en el que seguir optimizando deja de generar beneficios y empieza a producir reprocesos y sobrecostos. Pero, ¿cómo saber cuándo la optimización llega a su límite?
En el momento en que la integración de herramientas, la centralización o los procesos superan el valor que aportan; cuando el hipercontrol y la búsqueda de precisión toman más tiempo que las decisiones; o cuando aumenta la complejidad operativa y se pierde agilidad en el área, es cuando la optimización está en su punto de inflexión.
Señales de alerta para el equipo de compras
Existen señales claras para identificar cuando la optimización deja de ser rentable:
- Cuando una herramienta o tecnología que no se utiliza al 100%.
- Si hay procesos que frenan la agilidad al no ser flexibles ni adaptables.
- Cuando el ahorro a largo plazo es cada vez más bajo.
- Si las capacitaciones, el mantenimiento o la integración de herramientas generan sobrecostos.
Cómo encontrar el equilibrio
La optimización es imprescindible para el crecimiento de las empresas, pero encontrar el equilibro garantiza la rentabilidad real. Identificar las señales es el primer paso, seguido de estrategias como:
- La medición: Medir el ROI en cada implementación o iniciativa para entender que valor está aportando cada una.
- La automatización: Priorizar la automatización de procesos que ayuden a aumentar la adaptación y la agilidad.
- La retroalimentación: Es fundamental conocer el punto de vista del equipo, proveedores y actores del área para encontrar procesos ajustados a la realidad operativa.
Optimizar no significa adoptar todo lo que está en tendencia, sino enfocarse en las herramientas, tecnologías y procesos que realmente impulsan resultados.
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